Muchos de nuestros clientes nos han pedido siempre ayuda para su asistencia a juicio, para estar relajados y sobre todo, conocer el tipo de contexto en el que se van a encontrar para resolver su conflicto. No debemos olvidar que para la mayoría de los ciudadanos el juzgado es un entorno incómodo, con protocolos desconocido y con actores que tienen funciones desconocidas para los que asisten a la celebración del juicio.

Lo primero que debemos saber es que el juzgado es un espacio público, al servicio del ciudadano y donde éste, debe estar informado de todo lo que no entienda y de lo que suceda con aquello que esté relacionado con el asunto en el que es parte. Por tanto, tanto a través de sus representaciones procesales como por partes de los operadores jurídicos públicos debe recibir información clara, que pueda entender y resolver todas y cada una de las cuestiones que les impidieran entender lo que está sucediendo a lo largo del procedimiento. Dicho esto, no debe entenderse que el procedimiento pueda ser interrumpido como si de una película se tratase y que paramos cuando nos place, pero el acceso a la información y sobre todo, la utilización de un lenguaje claro es derecho de las partes en un proceso judicial. En la mayoría de las ocasiones, las partes no entienden lo que está sucediendo en la celebración de juicio, pero son sus representantes procesales los responsables de llevar a cabo cuantas acciones sean necesarias en defensa de los intereses de sus clientes.

En segundo lugar, y cuando estuviera prevista la intervención de las partes en la celebración de cualquier evento judicial es interesante que se ésta se prepare para favorecer un entorno tranquilo y agradable para aquel que por primera vez se pone delante del órgano judicial. Es muy recomendable que en una reunión previa los ciudadanos identifiquen quienes serán los sujetos que estarán en la sala y que función desempeñarán; así, diferenciar el papel y la función de jueces, fiscales o letrados de la administración pues eso favorecerá que el ciudadano no se sorprenda de quien le pregunte, le pida su documentación o, por ejemplo, le haga prestar juramento de decir verdad. En numerosos casos, los nervios por desconocimiento hacen que las partes no entiendan preguntas, no respondan correctamente porque los nervios le jueguen una mala pasada o incluso, intente intervenir cuando no es el momento procesal oportuno. Esto nos lleva a analizar otros de los puntos esenciales: preparar con las partes el desarrollo del acto que tendrá lugar en sede judicial. Pensemos que el abanico de actuaciones judiciales es muy amplio y en cada uno ellos, existen objetivos y funciones distintas; no debemos dar cosas por sabidas y es bueno entender las fases del acto que va a tener lugar respecto a su contenido y a su forma. Hablarlo con el cliente ayudará mucho a que el momento en el que se desarrolle al acto sea natural y conocido por las partes.

En tercer lugar, las emociones en determinados contextos judiciales juegan un papel muy importante por la naturaleza del conflicto que sirve de base para el procedimiento. Es difícil entender para las partes que sus sentimientos e interpretaciones no sean interesantes para el enfoque técnico del procedimiento y por ello, pueden tener un efecto contradictorio para el procedimiento. Normalmente, el escenario judicial ofrece la seguridad para que estas reacciones no trasciendan, pero, en alguna que otra ocasión, se han producido situaciones de lo más desagradable en sede judicial. Por tanto, analizar con las partes los conceptos de defensa, de comunicación y de necesidad de objetivizar al máximo las intervenciones deben ser preparadas con anterioridad porque si no, desviará la estrategia de los profesionales que se encuentran, no lo olvidemos nunca, trabajando.

Por último, es muy interesante naturalizar y humanizar la participación en el proceso judicial porque ello favorecerá que no sea un episodio traumático ni estresante para las partes. Los operadores jurídicos no dejan de ser personas que están desarrollando una función profesional pero que también cuentan con interpretaciones, problemas y reacciones emocionales; esta visión permitirá que las partes se encuentre cómodas en el acto del juicio, de la declaración, etc. Una consecuencia inmediata de este trabajo es que la información que se manejará será más fiable, clara, concisa y útil para las profesionales que deberán tomar decisiones respecto a la resolución del caso que les ocupe.